Starmouse de Puricorp

Abel Ruiz
Madrid, julio 2003

He leído con curiosidad el artículo de Hardware sobre el StarMouse titulado "El ratón que era un escarabajo pelotero", sin duda de un usuario muy decepcionado que esperaba lo que no era (creo que no fue el único...) y, puesto que la decepción es palpable, me gustaría dar otro punto de vista que además quizá resulte curioso para la gente, y que no deja de ser historia del QL en nuestro bendito país.

Yo participé en aquella aventura, y en concreto soy el programador que hizo aquel engendro (tranquilos, creo que hoy lo hago mejor), así que hablo en primera persona, no son cosas que me haya contado nadie, aunque con el paso del tiempo puede que haya olvidado algo.

Pioneros



Imagen de presentación del programa Starmouse.

En marzo del año 1984 le dejaron a mi hermano mayor un Apple Macintosh (él trabajaba en Indescomp haciendo videojuegos), el primer ordenador que yo conozca que llevaba un ratón incorporado, y un programa de dibujo con iconos, algo que a mí (con 13 añitos) me pareció simplemente alucinante. Me tiré una tarde entera jugueteando con aquél cacharro que se movía y reproducía el movimiento en la pantalla, algo de ciencia ficción. Yo tenía un ZX81, así que claro, ni soñar con conseguir hacer algo parecido. Por aquél entonces, otro de mis hermanos estaba en la universidad, y junto con un amigo suyo estudiante de teleco (Carlos Baena, creo que se llamaba), comenzaron a desarrollar un prototipo de ratón, uno con la parte mecánica y otro con la electrónica. El caso es que llegaron a hacer algo que funcionaba, se lo enseñaron a la gente que manejaba este mundillo en aquél entonces, y todos mostraban interés, siempre y cuando se lo quedasen ellos sin pagar prácticamente nada (también lo normal por aquella época, que se lo pregunten los creadores de videojuegos...). Surgió entonces la posibilidad de vender el producto directamente, ya que como digo, las expectativas que ofrecían eran interesantes. El problema era que el hardware estaba más o menos definido, pero faltaba darle imagen de producto final, y hacer el software. La primera parte era sencilla, como no había más ratón que el del Apple se trataba de hacer un diseño similar, sin llegar a copiarlo, y si os fijáis, no se diferencian mucho el uno del otro, aunque lógicamente el del Mac tenía un tacto de mayor calidad. Conseguir que en España nos hiciesen las matrices de inyección, las pruebas, los botones de colores (según la versión tenían un color diferente), cajas, diseño exterior, etc. fue todo un poema, pero misteriosamente conseguimos algo decente. El software es algo que surgió casi por decantación, recuerdo que ese verano le robé literalmente un Spectrum a otro de mis hermanos, y con el recuerdo del programa del Mac, me dedique a hacerme un programa de dibujo. Yo solo tenía conocimientos de programación en el ZX81, tanto de código máquina (allí no había ensamblador) como de BASIC, pero con 13 años mis conocimientos en matemáticas y lógica eran un poco escasos, así que las rutinas de arcos, elipses, etc, me resultaron un poco duras, el caso es que no se cómo, pero lo hice. A la vuelta de las vacaciones, el ratón ya funcionaba en laboratorio, y por otro lado yo había hecho un programilla de dibujo con iconos, así que lo siguiente fue hacer un nuevo programa que funcionase con el ratón. Yo nunca imaginé que aquello se llegaría a vender, se trataba de tener algo con que demostrar que el producto podía hacer cosas, pero aun así en dos o tres meses hice un programa que yo diría que funcionaba muy bien y muy completo, insisto que comparándolo con lo que había en 1984. De la noche a la mañana nos vimos metidos en Investrónica, la cual nos impulsó a la creación del engendro del QL. El mejor recuerdo de la experiencia con ellos es que en el Simo de 1985 me tocó estar en la feria con el ratón y el programa, y las azafatas estaban buenísimas (o puede que fueran las hormonas propias de la edad), y como yo era un crío, me pasaba el día moneando con ellas.

Puricorp se creó exclusivamente para la fabricación y venta del StarMouse, y por tanto murió con él. Su nacimiento fue provocado porque todo el mundo quería las patentes del ratón para fabricarlo ellos, y pagar una cifra simbólica por unidad, algo imposible de controlar. Las expectativas de venta que ofrecían eran amplias, lo que como te digo desembocó en la creación de una empresa para fabricar y distribuir el material, y no realizó ningún producto más. Yo diría que la versión QL fue la última que se hizo más por presión y promesas externas que por interés de la propia empresa.

A Investrónica le interesaba el producto para ganar puntos ante Sinclair (Indescomp comenzaba a hacerse fuerte) demostrando que no sólo vendían el producto sino que aportaban periféricos propios, pero apenas se involucraban en nada. Creo recordar que en las cajas grises en las que se vendía el ratón, se llegaron a poner sus logotipos, pero poco más. No aportaban financiación ni colaboraban en la distribución o venta del producto, y sus garantías se limitaban a promesas de pedidos de miles de unidades si hacíamos tal o cual cosa, y la verdad que al principio parecieron cumplir, pero se quedaron sin fuelle rápidamente, puede que porque el producto no fuera lo que el público esperaba, o bien porque ellos pretendieron venderlo como algo que no era. Entre medias hablamos con un japonés que se llamaba Toshio Ito, que no recuerdo qué pintaba en todo esto ni quién nos lo presentó, ni con qué fin, aunque fue el que más visión tenía de todos estos, ya que su máximo empeño era en hacer que el producto funcionase en un PC, que según él era lo que verdaderamente tenía mercado, pero si alguien recuerda lo que era un PC del año 1984/85, tampoco había mucho que hacer con aquello.

Respecto a su aplicación al QL, yo creo que fue un error impulsado por Investrónica, que por aquél entonces comenzaba a ver que su chollo con el Spectrum empezaba a acabársele, y la sombra de Indescomp cada vez era más larga. El producto originalmente se desarrolló para muchos ordenadores, ZX Spectrum, Commodore 64, MSX y Amstrad CPC principalmente. Investrónica en este campo no ponía nada, tan solo un sitio en su stand en las ferias, a cambio de que el personal y productos fuesen aportados por el proveedor (si alguno vio en el Stand de SoniMag y el Simo a un renacuajo con un QL, era yo), y un contacto privilegiado con El Corte Inglés, que lejos de ser un chollo, resultaba muy poco productivo para el proveedor por el método de trabajo de esa empresa, yo diría que muy bueno para el cliente, pero infernal para el fabricante. El caso es que decidieron que lo que le daría un gran empuje al producto sería que el QL, el cual estaba resultando un fracaso total de ventas, tuviese un ratón, así que nos proporcionaron una máquina, un manual de BASIC y un par de meses para tenerlo a la venta.



Ratón Starmouse.
Fotografía: Número 72 de la revista Microhobby.

Indescomp nunca tuvo nada que ver con Puricorp. Cuando el StarMouse estaba en fase de prototipo se interesaron mucho por ello, con las condiciones estándar, les cedías las patentes a cambio un royalty de venta por unidad, presentaban estimaciones de venta y esas cosas, pero en general parecía un atraco más que una negociación, aunque visto desde aquí, lo mejor habría sido aceptarlo y olvidarse del tema, pero aquello lo vendían tan bonito...

Los suministradores fueron muy variados, las partes mecánicas se hicieron en algunos talleres de la zona centro, las matrices de inyección de plástico también las hizo una empresa de los alrededores de Madrid, los componentes electrónicos se compraban a varios suministradores (qué aventura era encontrar los conectores del QL...), y luego todo eso se montaba y soldaba en una pequeña fábrica en un pueblo de Guadalajara propiedad de la empresa (se creó específicamente para ello), se probaban y se embalaban.

El diseño de la caja y demás grafismos se hizo en una empresa de publicidad de Barcelona, al igual que las fotografías de los anuncios que se publicaron en la prensa.

Viaje al Reino Unido

La aventura de UK fue una película. Viajamos allí porque creo recordar que Sinclair Magazine se había interesado por nosotros y nos invitaron a visitarles para hacernos una entrevista (invitar=pagar nosotros todos los gastos y ellos publicar un artículo...), así que aprovechamos el viaje para establecer entrevistas con Alan Sugar en Amstrad y algún distribuidor de la época, por si les interesaba el producto (debió de ser sobre febrero del 85, más o menos). En la revista fue donde coincidimos con Sir Clive. Yo tenía 14 años y esperaba ver al mago que había creado mi máquina favorita (el Spectrum), pero me encontré con un tipo un poco visionario que, digamos, pasaba un poco de todo esto. La visita a Amstrad fue divertida, Alan Sugar era una especie de Jesús Gil de la Informática, y como vendía como churros todo lo que llevaba su marca, actuaba de una forma un poco "giliana". Su oficinas eran una gran sala repleta de mesas y de gente trabajando a un ritmo importante, mientras que él se sentaba en el centro de la sala, controlando a todo el mundo. Nosotros nos reunimos con gente suya en una sala lateral, la oferta fue la de siempre, -os damos 0.000001 libra por unidad vendida- (es un decir, no recuerdo las cifras) y nos quedamos con todo, y si no nos ocuparemos de que no se venda ninguna unidad en UK (más o menos las conversaciones eran que o estás conmigo o contra mí), eso sí, garantizando ventas de miles de unidades si el producto era suyo. En fin, sucedieron muchas otras cosas, y al final todo desembocó en que Frank Moya, o sea Francisco Moya (le gustaba lo de Frank, pero seguía siendo español), que tenía una distribuidora de la que no recuerdo el nombre, se dedicó a vender todas las versiones a través de su empresa.

Se vendieron unas cuantas unidades, más en Inglaterra que aquí, y enseguida el distribuidor de UK comenzó a demandar una segunda versión del programa, que no llegó nunca a desarrollarse (en el caso de Amstrad CPC sí se hizo), ya que las promesas de ventas nunca se reflejaron en realidades, y el proyecto murió lentamente. Quedaría por contar cómo Amstrad quiso hacerse cargo de las patentes para fabricarlo ellos mismos (no sería tan malo el producto en aquellos años), las cartas de elogio firmadas por Sir Clive (en la versión de Spectrum, que era un poco mejor), las promesas de pedidos de miles de unidades a cambio de desarrollar tal o cual versión, etc, pero esa es otra guerra.

De todos modos, insisto en que la versión QL (al igual que la primera para CPC) fue un parto prematuro, y posiblemente se merecía una segunda versión recogiendo todas las quejas de los usuarios (como hice con la v2 de Amstrad CPC). Se hizo lo que se pudo con aquellos medios (aquel ordenador tan solo lo tuve un par de meses y luego lo tuve que devolver) y tiempo... y además el QL nació muerto (lo siento por los entusiastas), y aunque Sir Clive era un tipo muy "echado p'alante", sinceramente en las dos ocasiones que hablé con él me pareció que se le había ido un poco la cabeza, y ya le preocupaban más los cochecitos esos que había diseñado que cualquier otra cosa.

Carencias del ratón

La calidad aparente del aparato (plásticos, manuales, óxido que presentaban las bolas), el principal problema con el que se encontró el proyecto es que es precisamente Made In Spain, en lo bueno y en lo malo. En lo bueno porque dio trabajo a personas de aquí, y no necesitó explotar a nadie para bajar los precios, y lo malo porque la calidad de fabricación a costes razonables para el producto era muy difícil de conseguir (repito, año 84) para series tan cortas.

Aquel ratón efectivamente tenía la particularidad de que su bola era de metal y se unía a los ejes por la acción de un imán sobre ella. El resto de la circuitería podríamos decir que era similar a la de un ratón convencional. ¿Por qué esa "particularidad"? Principalmente porque el método más lógico habría sido usar un rodamiento que empujase la bola contra los ejes (como se hace hoy en día en los ratones "a bola") y usar una esfera de acero recubierta de goma, pero en el año 84, esas piezas resultaban muy caras y difíciles de conseguir, por no hablar de su montaje (recordemos que no había millones de usuarios demandando ratones, como hoy en día). Esta curiosa idea permitía la fabricación a costes razonables del aparato, y fue reconocida por la gente de la época (Sir Clive en persona incluido) como algo positivo y novedoso. Este "hecho diferencial" perdió su sentido rápidamente ya que en los años posteriores (86 en adelante) el diseño y comercialización de ratones en diferentes sistemas hizo que esos componentes que antes eran caros y muy difíciles de conseguir se convirtiesen en algo cotidiano, por lo que si vemos hoy en día el aparato, la idea parece absurda y chapucera, pero en ese momento al amigo Clive y más tarde a Alan Sugar (un tipo poco agradable en el trato personal, todo hay que decirlo) les convenció bastante.

Efectivamente, el Microdrive no traía ni una triste pegatina. Eran Microdrives que Investrónica nos proporcionaba y que se duplicaban en unas naves que tenían por la zona de Atocha, en Madrid, en una mesa de oficina, con un QL usado, y a mano, haciéndolo yo personalmente con alguno de los otros componentes de la aventura, ya que nadie en España era capaz de hacer un duplicado de Microdrive profesional (las versiones de cinta al menos sí se pudieron hacer en centros dedicados a eso), y el haber hecho pegatinas para los mismos solo habría aumentado el trabajo manual en algo en lo que ya no se tenía mucha fe.

Desconozco el porqué se sacó la alimentación del puerto ROM, aunque yo te diría que se hizo por tres motivos: uno por ahorrar el coste de la fuente de alimentación, otro porque no teníamos más información que el manual del QL y por último porque cuando se desarrolló el prototipo, yo diría que no existía nada que conectar a ese puerto ROM.

Por último, sobre el precio del producto... si no recuerdo mal, el coste del mismo era de 3000 pesetas aproximadamente. El cómo a las tiendas llegaba a 7500 es algo que no me corresponde a mí explicar.

El programa



Captura de pantalla del programa Starmouse.

No se si muchos habéis programado por entonces en un QL, pero si nos vamos al año 1984/85, conseguir información no era tan sencillo como hoy en día, así que en esos dos meses tuve que conseguir libros del procesador, que no encontré, así que con literatura del 68000 y aprovechando que eran "familia", intenté apañarme como pude, y hacer una aplicación con un prototipo del ratón. El resultado fue lo que fue, una especie de programa de dibujo con muchas limitaciones. La prensa no lo acogió mal, puesto que cuando salió, los otros programa de dibujo que había con ratón eran todavía peores, aunque como digo, al cabo de un tiempo se desarrollaron aplicaciones mucho más completas.

Como comentario técnico del programa debo destacar el relleno de figuras en su versión para Spectrum. Ese tipo de rutinas en aquella época (no en este programa, en todos) no funcionaba como los de hoy en día. Cuando pulsabas sobre una zona, lo primero que se hacía era almacenar el contenido del pixel sobre el que habías marcado. A partir de ahí, todos los pixels que te encontrabas por la izquierda, derecha, arriba y abajo que coincidían con las propiedades del seleccionado, se rellenaban del color o trama que tocaba. Las rutinas más avanzadas hacían esto de byte en byte, lo que aceleraba el proceso considerablemente. Esta idea en concreto fui el primer programador en aplicarla en la versión del ZX Spectrum, si no recuerdo mal, y tiempo después las aplicaciones de dibujo comenzaron a adoptar sistemas similares, siempre dentro del entorno ZX. Se me ocurrió mientras leía una tira cómica de Garfield, el cerebro tiene estas cosas tan raras... Si alguno tiene los primeros programas de dibujo de Spectrum, podrá comprobar que los "fill" eran muy lentos porque iban de pixel en pixel, y ninguno era capaz de hacer distintos rellenos dentro de una misma figura, algo que hoy en día resulta hasta ridículo.

Supongo que si las ventas hubieran acompañado, habríamos desarrollado algo mejor, ya que la aventura en Amstrad CPC fue similar, incluso más rocambolesca puesto que estuvimos en la sede de Amstrad en UK, hablando/soportando al bocazas de Alan Sugar, con japoneses fantasiosos, y con Frank Moya, y la primera versión de software que se vendió (la v1) era en realidad el programa que les llevamos para demostrar que el aparato funcionaba, pero era tal castaña que al poco de comenzar a venderse decidí hacer la v2, que era bastante más completa. Además en CPC y Spectrum, otros fabricantes se animaron a sacar productos similares y competimos un poco con ellos, y en la parte de soft, que es la que a mí me corresponde, las críticas de las revistas nos ponían al mismo nivel, cuando no por encima.

Y después...

El producto murió en el año 85 si no recuerdo mal. Siento que la gente que adquirió el producto se sintiera decepcionada o engañada, pero si sirve de consuelo, nadie se hizo rico con aquello (más bien todo lo contrario), fue simplemente una aventura animada por los visionarios de siempre (esos que hasta hace dos días impulsaban las .com como la solución del mundo), y que un grupo de gente intentó llevar a cabo, sin mucho éxito, pero con muchas ganas.

El StarMouse en realidad fue algo muy fugaz en mi vida, aunque desgraciadamente también dejó un recuerdo muy poco agradable para mi gente que duró muchos, muchos años, quizá por eso, por muy malo que fuese el producto, nadie sabe el trabajo, ilusión y esfuerzo de todo tipo que tuvimos que hacer para que aquello saliese adelante.

Igual tengo la oportunidad de ver funcionar de nuevo el StarMouse y escribo mi propia crítica, que seguramente no diferirá mucho de la que ya fue publicada.

De aquellos años apenas conservo nada, desde luego nada del QL porque nunca tuve uno en propiedad. Tengo algunos ratones que me quedé como recuerdo, algunos manuales, revistas españolas y extranjeras con mis artículos, pruebas de mis programas, etc. Estas cosas se aprecian con el paso del tiempo, y cuando tienes 14 años no le das valor a guardar estos recuerdos. Las cartas de Sir Clive acabaron en la basura entre otras muchas cosas...



Abel Ruiz en Opera Soft frente al equipo de desarrollo.
Fotografía: Número 116 de la revista Microhobby.

Cuando terminó la aventura, por cosas del destino comencé a trabajar haciendo videojuegos para Opera Soft. Yo ya venía colaborando desde hacía bastante tiempo con Micromanía, escribiendo cargadores con pokes y artículos con soluciones de juegos bajo el seudónimo de ACE/ACL, aunque en la página inicial aparecía con mi nombre real, así que tenía cierta experiencia en el campo y además el ensamblador se me daba bastante bien. En esos años, salimos en varios periódicos y revistas, por cierto en alguna Microhobby se me verá en Opera Soft (el nombre de la empresa surgió fácil, estábamos en la plaza Opera de Madrid) al frente de un maravilloso sistema de desarrollo Philips PMDS, una máquina que trabajaba en Unix y que incorporaba un emulador hardware de Z80, lo que facilitaba muchísimo el trabajo. Imaginad ese ambiente, con 14 o 15 años, aprendí muchísimo, y además estaba rodeado de algunos de los mejores programadores que he conocido, era un ambiente increíble, estaba la gente de Dinamic (a la que se les hacía algunas versiones de sus juegos en Opera), la gente de Made In Spain pasaba por allí, Topo nació de la mano de Paco Pastor, cantante de Fórmula Quinta, propietario de Erbe, luego jefazo de Sega España, etc. Recuerdo como si fuera ayer cuando Gonzalo Suárez, alias Gonzo, comenzó a trabajar en Opera, en parte gracias a que reventó una protección que pensábamos "incopiable" para Amstrad CPC (realizada por mi hermano), en cosa de un día, y hoy mira dónde está, al frente de Pyro Studios.

De esos años guardo muchísimos recuerdos y anécdotas curiosas, pero llegó un momento en que o seguía en ese mundo con todas las consecuencias, o me dedicaba a hacer cosas más normales, lo que hacía cualquier chaval con 16 años, y creo que no me equivoqué. En el año 87 decidí dedicarme a mis amiguetes, a las chicas, y a alguna que otra fiesta... y al final he terminado siendo una especie de técnico de sistemas, algo más "vulgar" comparado con todo aquello, e infinitamente más aburrido. Quizá hoy ganaría mucho más dinero y sería mucho mejor programador, eso sin duda, pero creo que cada cosa tiene su tiempo, y yo no debía estar allí, pero bueno, que me quiten lo bailao...


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